El osteópata trabaja en el plano de la salud actuando sobre la mejora de los mecanismos que sustentan las funciones corporales.
Si existe un cambio en la estructural corporal nuestro trabajo no podrá cambiar dicha estructura; aunque lo que sí podrá hacer es mejorar su funcionamiento y con ello los síntomas.
Por ejemplo, una artrosis en una cadera es verdad que no se podrá regenerar el cartílago de la articulación; sin embargo, sí podemos relajar la musculatura que la envuelve, liberar los nervios que la rodean y devolver la movilidad a los órganos que puedan molestarla. Estas acciones harán que, a pesar de la degeneración, esa articulación no esté inflamada y, por tanto, no duela o lo haga mucho menos.
A otros niveles, podríamos hablar de lo mismo con una gastritis, migrañas, etc. Ya que, por ejemplo, la gastritis va a producir un dolor escapular continuo que mientras no se “arregle” o se mejore el funcionamiento del estómago el dolor escapular continuará ya que es la expresión de un mal estado del propio estómago.